
De la obra Entre la oscuridad y el cielo, pag. 257:
" Había llegado paseando hasta las puertas de San Francesco della Vigna, en un extremo del sestière de Castello. Justo detrás de la iglesia, se extendía el canal de la Fondamenta Nueva, y al fondo, se veía la silueta del cementerio de San Michele, más o menos desde la misma posición que lo había pintado Turner 160 años antes, esbozando su perfil entre amarillentas neblinas que hacían aún más fantasmagórica su visión.
Alguien dijo una vez que la vida es un zurcido de dias dispersos. La entidad de la Venecia renacentista, de los artistas, la magnanimidad de los pensadores, el microcosmos autónomo de Bramante, las curvas perfectas y deseadas de su mujer, y el milagro de Alina, me habían despojado de una gran parte de mi conciencia anterior. Los dias dispersos de mi estancia en Venecia, allí y ahora, formaban entre los recuerdos y las reflexiones un todo de esplendor. Me había volcado en este teatro de búsquedas, ávido de señales, intentando mantener la curiosidad para atajar la maldición del tiempo. Me encontraba cansado, pero la percepción ahora era de un inequívoco rejuvenecimiento. Supongo que el derivado de la creatividad puesta en juego al aceptar el reto del maestro, y el de la vanidad añadida de sentirme aceptado por mujeres como Marlène y Alina, a lo que ciertamente no estaba acostumbrado. Mi condición de ser humano esencialmente impaciente que detesta la rutina y no le gustan los convencionalismos, había hecho de la introspección en el pasado y presente de esta ciudad y sus personajes, una razón de vivir, un camino que parecía alejarse definitivamente de los vacíos reconocibles, del horizonte de una nada que en los últimos tiempos se había revelado más acechante que nunca.
La última respuesta podría conducir o no hacia ese nuevo horizonte. Al dia siguiente por la mañana, mi maestro, el hombre misterioso, el alquimista, el criptólogo, el políglota, el artesano vidriero, el esposo de la bella Marlène, me daría la oportunidad, esta vez la última, de averiguarlo."
Entre la oscuridad y el cielo es la historia fascinante de una búsqueda esencial. Una obra vertiginosa de introspección en el pensamiento humano que, a partir de una experiencia real vivida por el propio autor en un monasterio benedictino español, se adentra prodigiosamente en un hecho insólito sucedido en la vida de artistas y personajes relevantes del Renacimiento italiano. A partir de ahí, y buscando su propia identidad, el autor viaja a Venecia y transgrede una y otra vez las fronteras del tiempo y los preceptos del Arte, de la Historia, y de los sentimientos humanos para darse de bruces, como en un milagro, con las claves de su búsqueda esencial. Es entonces cuando decide retratar las pasiones y los terrores a lo largo de su vida, sin pudor, a corazón abierto, sin importarle las miserias propias o las grandezas ajenas que quedan flagrantes al descubierto.