viernes, 31 de julio de 2009

ETA versus IIM, inútil e imbécil matador.


Inútil e imbécil matador:

No es tu estúpida acción la que me anima a nombrarte, no. Ni siquiera me mueve la reivindicación solidaria con el enorme dolor que produces. Lo hago porque desde la infinita distancia que se interpone entre tú y yo, y desde el blanco y el negro que envuelve mi vida y la tuya, es a lo único que yo puedo optar ante la jodida imposibilidad de poder machacarte lentamente con mis manos cada una de las podridas porciones de esos sesos que te adornan tan tristemente la cabeza. Tu obsesión por destruir inútilmente lo más esencial de una familia que ni siquiera conoces, no es tan grande como la que yo tengo ahora porque los no pensantes, infectados de rabia y de mierda en la conciencia como tú, desaparezcais del mundo conocido, y en la obligada sinergia con el desconocido, tampoco seáis capaces de llegar a éste.
¿Cuántos años lleváis haciendo de esperpénticos hombres de Cromagnon desterrados de todo tipo de paraísos?

¿Qué sabes hacer tú aparte de poner bombas o disparar a quemarropa y luego salir alocadamente corriendo? ¿En qué piensas cuando llegas después a tu puta casa? ¿Con qué sueñas cuando te revuelves en tu mugriento colchón oliendo los pedos y el rancio sudor de tu puta novia? ¿Eres capaz de mirar por las mañanas al cielo con algún atisbo de alegría? ¿Eres capaz de disfrutar intensamente de algún momento con las ratas de tu casta? ¿Sabes acaso lo que es vivir tranquilo? ¿Qué pensarás de todo esto cuando ya de viejo te veas postrado como una rugosa basura en un sillón? Espero ferviente y anheladamente que no llegues hasta ese patético estado y te revienten mucho antes en cualquier esquina o te pudras de sida y de sífilis en la cárcel más asquerosa de todo este país que tanto odias y que ni siquiera sabes porqué.

¿Qué cosas se pueden defender cuando jamás se da la cara? ¿A qué te pareces tú cuando te miras al espejo? ¿Porqué no te tiras desde la torre más alta de Euzkadi envuelto en una ikurriña para que así, al reventarte contra el suelo, sus preciosos colores se solapen con los de tu sangre, tus sesos y tus vísceras? Sería un espéctaculo sonoro, colorista y sobretodo escatológico. ¿No lo has pensado nunca? ¡Claro, te faltan los cojones necesarios y te sobra toda la éstúpida carga con la que le llenan el cerebro a los mamones desquiciados como tú!

Dime seriamente qué esperáis alcanzar matando de vez en cuando a un político de segunda o de primera fila o a un guardia civil entre los miles que piensan en vosotros cada una de sus noches y sus días. ¿Pretendéis acaso tan solo llamar la atención? El circo es para los payasos y las fieras de verdad, y vosotros, tristemente, os habéis convertido en una burda antítesis del payaso. Sois los despayasos del mundo porque a todos los que les suenan vuestras siglas se rién por no llorar con esa, ahora más que nunca, trasnochada y utópica reivindicación. Hasta la mafia italiana os ha escupido el honor de tacharos como unos aprendices completamente imbéciles.

Tal vez solo sea esa vuestra aspiración: que se hable de vez en cuando de vosotros antes de que desaparezcáis oportunamente ahogados en esa mierda de nacionalismo de alpargata que os ampara ingenuamente, y por eso matáis de vez en cuando también. No está mal del todo. ¿Cuando toca que se hable otra vez de vuestra heroica y atropellada huída? Sabed que somos unos cuantos y que hay donde elegir, pero la condición perpetua de vuestro infierno interior no os dejará jamás tranquilos hasta que se extinga el último gen de ese esbozo de raza aria de la que os creéis estúpidamente poseídos. Podéis matar algunos más, todos los lloraremos intentando al menos apaciguar el terrible dolor de los que lloran de verdad, pero debeís saber que jamás tocareís esa risible gloria que habéis dibujado en la podredumbre de vuestros intereses, ni vivireis tranquilos un solo momento de vuestras vidas, ni disfrutaréis escuchando con plenitud ninguna música, ni alcanzareís ningún orgasmo con la trascendencia que lo hacen los que no son como vosotros, ni podréis reir a carcajadas sin que importe quién se encuentra a uno u otro lado, y ni siquiera podréis tener un nombre como yo y como otros muchos, porque vuestra cobardía y vuestra desgracia se han visto obligadas a borrarlo dejandoos como única identidad la de un puñado de sombras con forma de muertos vivientes.

¿En qué os habéis convertido? ¿En qué te has convertido tú inútil e imbécil matador? Sois tan solo una herramienta descabezada de los que aún son más cobardes que vosotros, y cada vez que golpeáis, se acerca vuestro último estertor. El estertor de una deseadísima y pronta muerte que habríais podido evitar si no hubiéseis llegado a salir, vosotros y los que os mandan, por el fatídico y maloliente agujero de vuestra inoportuna madre.

miércoles, 29 de julio de 2009

Momentos de triunfo.


- Hace un instante no sabía nada de ti y ahora me inundas de mí misma haciéndome sentir la primera y añorada realidad. No sabría describirlo por más que me premiaran con infinitas vidas. Es algo que fluye incluso fuera de todo lo espiritual, desde muy adentro, desde lo más intenso, una indescriptible magia aún siendo yo soñada como la reina de las hadas. Espero, no obstante, que lo entiendas, y si te es preciso, que también lo olvides. No puedo contenerme, no podría seguir viviendo sin decírtelo. ¿ Quién te ha traído? ¿De qué estás hecho tú para romper en mil pedazos mi memoria y hacerme toda entera nuevamente? Llorar ahora sería toda una falta de respeto a este espectáculo que roza lo inhumano. Y lo deseo más que a tí mismo. Recrearme en el acuoso contacto de las lágrimas, saber por qué se han desprendido, sorberlas como un néctar de alquímicos poderes... y estallar en toda la extensión de la palabra. ¿Por qué has llegado hasta mí con todo este ruido de deseos? Pareces el dios que siempre he ido buscando, entre los silencios, entre las palabras, entre los olvidos o entre la posible inexistencia. Quiero que lo sepas por más que te cunda el pánico de lo imprevisible y a pesar de tu incontenible excitación. ¡Disfrútala! ¡No dejes que aminore aunque yo calle! ¡Mírame a los ojos y dáme una respuesta! Pero hazlo sin dejar de ser el que eres ahora mismo. Sé por una vez tu propio y absoluto dueño y ríndele homenaje al Universo entero que se ha postrado ante tí, y ahora también ante mí. ¿Puedes decir algo que sea capaz de alienarnos con este instante? ¿O debemos tal vez callar sellando con un beso la eternidad que ahora mismo deseamos?

- Tu mano en mi mano ya hablan por sí mismas, no dejes ni un momento de mirarme y conjúrate con todo lo que has dicho. Entre tus dedos noto un tacto de almas, un dulce vértigo de ansias que se entrecruzan, y en esa legítima locura, tu enorme felicidad a mi se me queda pequeña. Ahora ya sé quién eres. Mantente así mientras ordeno que se detenga el tiempo. El tuyo y el mío.

Después, en el curso de nuestro propio tiempo, he dejado de mirar a las estrellas, me he levantado de la hamaca, he dejado a la madre durmiendo arriba, y he vuelto a casa agarrado al perro.

domingo, 26 de julio de 2009

Los poemas del coño, el origen del mundo.


No suelo hacer muchas incursiones en los blog de otra gente, pero el otro día tuve el acierto de conectar fortuítamente con uno que se llama "Los perros de la lluvia" firmado por un tal Jimarino, en cuyo pensamiento me detuve entusiasmado durante un largo rato. Sus archivos son profundos y variados, su estilo irritantemente preciso, y su poesía, resulta conmovedora y fielmente comprometida con la realidad descrita. En uno de sus últimos archivos se explayaba hablando del descubrimiento de un libro de poemas "El origen del mundo" traducido y recopilado por Juan Abad, en el que aparece una selección de los mejores "poemas del coño" de los últimos dos milenios. Leyendo algunos de los seleccionados en el artículo del blog, me animé a comprar el libro, y he de decir que su lectura describe la continua confrontación entre el poder físico y metafísico del propio coño, su significación a lo largo de la Historia, la condición hilarante que casi siempre lleva implícita su mención y el enardecimiento de la imaginación que le produce a todo aquel que lo mira, lo palpa, lo disfruta o lo lee.

Como elemento esencial de adoración y culto desde que el hombre es hombre, el coño también ha merecido que se hable de él desde la métrica sonora de unos versos de los que no han podido escapar los más insignes autores. El libro es una continua exaltación a tan esencial elemento dejando para más tarde las aureolas que siempre han venido adornándolo con esas florituras del amor y todas sus consecuencias absurdamente espirituales. Ya lo dice en el libro el poeta francés Benjamin Pèret:

He aquí el coño tan suave
el verdadero pan de los cojones
cuyos pelos nos cosquillean
hasta en la boca.

Para que nadie se quede corto ni largo, ahí van algunas prendas del libro:

Rufino (S. II/III dC)
Competían Melita, Rodope y Rodoclea
por ver cual de las tres tenía el mejor coño
y me nombraron juez. Como las diosas célebres
se levantan desnudas, ungidas con el néctar.
Brillaba el de Rodope suntuoso en el centro de sus muslos
como hendido por céfiros de rosas.
Como cristal era el de Rodoclea, húmedo como imagen
en un templo, recién acabada de esculpir.
Pero yo, que sabía lo que sufriera París con su fallo,
a las tres ya inmortales coroné.

Pietro Aretino (Arezzo 1492- Venecia 1556)
Soneto lujurioso VI

-Porque he probado tan solemne polla
que me vuelve al revés la orla del coño,
yo querría ser toda entera coño
y también que tú fueses todo polla.
Porque si fuese coño y tú polla,
calmaría por un buen trecho al coño
y también tú tendrías de ese coño
todo el placer de que es capaz la polla.
Más no pudiendo ser toda yo coño,
ni convertirme tú del todo en polla,
el buen querer acepta de este coño.
-Y acepta tú de mi menguada polla
la buena voluntad; en ella el coño
encaja, y yo le encajaré la polla;
y luego por mi polla
menéate tú entera con tu coño:
y seré polla yo, y tú serás coño.

Francisco de Quevedo (Madrid 1580- Villanueva de los Infantes 1645)

Estaba una fregona por Enero
metida hasta los muslos en el río
lavando paños, con tal aire y brío
que mil necios traía al retortero.
Un cierto conde, alegre y pacentero,
le preguntó con gracia: "¿Tenéis frío?"
Respondió la fregona: "Señor mío,
siempre llevo conmigo yo un brasero".

El conde, que era astuto y supo dónde,
le dijo, haciendo rueda como un pavo,
que le encendiese un cirio que traía;

y dijo entonces la fregona al conde,
alzándose las faldas hasta el rabo:
"Pues sople este tizón vueseñoría."

Angeles Mora (Rute-Córdoba 1952)

Una mujer sentada en la terraza
se seca el pelo.
La cabeza inclinada
sobre un albornoz
entreabierto.
Los dos senos redondos
en los muslos dormidos.
Una sombra se asoma
al resplandor del suelo.

Aurora Luque (Almería 1962)

CARPE noctem, amor. Coge el brusco deseo
ciego como adivino,
los racimos del pubis y las constelaciones,
el romper y romper
de besos con dibujos de las olas y espirales.
Miles de arterias fluyen
mecidas como algas. Carpe mare.
Seducción de la luz,
de los sexos abiertos como tersas actinias,
de la espuma en las ingles y las olas
y el vello en las orillas, salpicado de sed.

Desear es llevar
el destino del mar dentro del cuerpo.


miércoles, 22 de julio de 2009

Sumisión, indefensión y... ¡Santiago y cierra España!


¿Hay algo de lo que se pueda estar a salvo en este país? Sí: de las temibles huestes del Cid Campeador y de la mano firme y el cerebro hueco de Francisco Franco. Algunos dirán también que de Aznar y de su homólogo anterior Felipe González. Pero estos últimos están románticamente equivocados. Entre esos dos forjaron el perfecto caldo de cultivo para que España ande ahora así: orgullosa de sus respectivas herencias, acojonada con una invasión que ella misma ha puesto decenas de veces en marcha, sumida en el horizonte de dos únicos bandos que se hincan continuamente de rodillas para alcanzar el consenso, y untada de mierda hasta las orejas ante la comunidad internacional por no haber sabido apartar a tiempo la porquería. Jode decirlo casi tanto como a otros les joderá escucharlo, pero este es un país exclusivamente de engañantes y engañados, de pillos y de tontos, donde la izquierda y la derecha y su trasnochada confrontación han borrado oportunamente del mapa los colectivos intermedios, esos a los que podríamos llamar "gente" en la acepción más normalizada del término. Aquella España "una, grande y libre", de la que debiéramos sentir tanto espanto como nostalgia, aunó en esos tres vocablos la precisa descripción del paraíso, si éste se dejase ver y disfrutar. Hoy, en cambio, ese sueño triconceptual proclama su precisa negación, tres veces tres, con cada despertar. España ya nos es una sino varias y enfrentadas. España ya no es grande: carece de imperios, no pertenece al club de los poderosos, sus jóvenes andan culturalmente en el furgón de cola del continente, y la lengua castellana se encuentra bajo sospecha. España ya no es libre: depende militar y económicamente de otros, se ve obligada a pedirle permiso al maestro armero antes de promulgar las leyes, y anda continuamente de puntillas para no molestar la siesta de ciertos colectivos que milagrosamente han pasado a ocupar la primera línea de fuego. Pero alentados por la regresión, algunos han adquirido una españolísima agilidad: la de pasar en un instante, como la repentina visión de una estrella fugaz, de un bando a otro, del club de los engañados al de los engañantes, y un solo segundo despúes del tránsito, borrar de un plumazo casi toda la memoria. En ese trasiego, los que por normales con sospechoso aire de torpes hemos quedado al otro lado del muro, ahora somos conscientes de una abrumadora indefensión que comenzó gestándose en el sustrato de esa España imbécil y bipolar de las derechas y las izquierdas. Pero pongamos algunos ejemplos:

Indefensión ante el trato vergonzoso y canallesco de todas las compañías telefónicas, indefensión ante los continuos intentos de timo a través de los teléfonos móviles, indefensión ante la avalancha incontenible de publicidad engañosa, indefensión ante las facturas fraudulentas de las compañías eléctricas, indefensión ante las subidas caprichosas de todo tipo de artículos, indefensión ante el talante y la ineptitud de muchos funcionarios, indefensión ante las represalias de esos mismos cuando son desenmascarados, indefensión ante el maltrato de los bancos y sus injustas comisiones, indefensión ante el moroso, indefensión ante la abrumadora corrupción de alcaldes, concejales y técnicos municipales, indefensión ante la exasperante lentitud de los procesos judiciales, indefensión ante las caprichosas tendencias de muchos jueces, indefensión ante la mala educación de muchos jóvenes, indefensión ante los risibles méritos de bastantes dirigentes, indefensión ante el exiguo mercado de trabajo, indefensión ante el insulto inacabable de los nacionalistas, e indefensión ante los que teniendo el poder y los medios no han hecho nada para arreglar tan indignante desamparo.

Yo cuento lo que veo, otros viendo lo mismo no contarán nada, y el resto harán como yo o contarán ovejitas por la noche y vacas hermosas y orondas por la mañana.

No hace mucho llamé al dueño de un chalet en la costa de Mojácar para alquilarlo un fin de semana, y así, como el que no quiere la cosa, me pidió 1500 euros. Solo le dije: "Mire, o es usted millonario a cuenta de otros, o es usted gilipollas". Y colgué.

Pues eso mismo, el ejemplo perfecto de la España bipolar: o se es lo uno, o se sufre de lo otro.

miércoles, 15 de julio de 2009

Olvidémonos de España.


Año 2040 en un lugar del planeta Tierra que hasta hace muy poco se conocía como España.-
Las carreteras llevan varios días colapsadas. La confrontación entre las fuerzas policiales solo está consiguiendo agravar el problema. Las mercancías no llegan a tiempo a destino y las pérdidas están resultando devastadoras. El Gobierno catalán acaba de expulsar a los últimos indigentes y éstos se hacinan junto a la frontera provocando todo tipo de altercados entre ellos.
Colombia, Chile y Argentina acaban de crear una comisión tripartita para la salvaguarda de la lengua castellana y la defensa de la memoria histórica de la vieja España. Méjico, invitada por los países mencionados a unirse a la iniciativa, ha preferido la no participación alegando razones precisamente de memoria histórica.
EE.UU continúa sin reconocer la soberanía de los diversos Estados segregados de la vieja España a pesar de que mantiene todo tipo de transacciones comerciales con ellos. Lo que queda de esa vieja España: varias provincias de la zona oriental de Andalucía y la inmensa mayoría de las pertenecientes a las antiguas regiones autonómicas de Castilla la Mancha y Castilla y León, se han convertido en una anomalía geográfica y jurisdiccional dentro del territorio de la península Ibérica. La pobreza y los escasos recursos de este reducto llamado ahora la España Independiente le auguran un incierto futuro y la más que presumible desmembración hasta ser absorbida por el resto de las naciones que la rodean. A este respecto, el máximo dirigente de Euskalherría, en el discurso que pronunció en el día de los mártires de ETA, ha dicho textualmente que el fin definitivo de la España Independiente está muy cerca y que, en el reparto de las propiedades, Euzkadi tiene mucho que decir por haber sido la región más castigada por la represión tiránica del antiguo Gobierno nacional. Mientras tanto, centenares de personas de la España Independiente cruzan a diario clandestinamente las diversas fronteras en busca de sustento y de trabajo, ya que su Gobierno se halla en un estado de absoluta precariedad sobretodo en lo que repecta a las pensiones y al resto de los servicios sociales. Los grandes bancos han dejado algunas sucursales en el territorio para atender las cuentas de los escasos ahorradores que aún quedan por allí.
La lengua castellana ha sido prohibida expresamente en todos los centros oficiales y educativos de las distintas naciones segregadas, salvo en Cataluña, donde se permite en algunos centros especiales, según el máximo dirigente catalán: "en deferencia a la gran familia de la América latina".
Agentes del servicio secreto de Euskalherría sospechan de la formación de un grupo terrorista en la España Independiente dispuesto a reivindicar con sangrientos atentados la antigua soberanía de la España peninsular. El presidente vasco les ha enviado un mensaje a través de su último discurso advirtiendo que el único camino que tienen los terroristas es el de la cárcel.
La policía interfronteras, creada por todos los Estados segregados, mantiene su lucha jerárquica provocando con sus numerosas detenciones y controles el caos circulatorio en toda la península.
La Iglesia llama al orden desde sus grandes sedes en Cataluña y Euskalherría. España Independiente se ha quedado sin sus prelados más relevantes que se trasladaron en los inicios del conflicto hasta las sedes mencionadas. Un puñado de curas jóvenes se encargan de impartir el evangelio y los oficios por los pueblos del país.
El Banco Mundial y la Organización Mundial del Comercio han advertido acerca de los riesgos en las transacciones comerciales con las distintas naciones del territorio de la Península Ibérica a causa del desorden, el odio y la inestabilidad, que ya costó miles de muertos en el sangriento proceso de la segregación. El Alto Tribunal de La Haya ha decidido archivar todas las causas al respecto.
El Presidente francés, en la reciente visita a su homólogo en Cataluña, ha querido dejar claro que su País desea que se respete la nacionalidad y la convivencia de la España Independiente con quién mantuvo tan buenas relaciones a lo largo de las últimas décadas. Por su parte, el Ministro de asuntos económicos de Cataluña ha firmado un acuerdo con su homólogo francés para canalizar, a través del comercio del país vecino, la venta de cava, sometida en los últimos dos años a una crisis sin precedentes por la falta de compradores en el territorio peninsular.
Por último, el juez español Benigno Garzón Cienfuegos ha abierto una causa para imputar al antiguo presidente de la nación, varios de sus ministros y a los máximos dirigentes de aquella oposición, por considerarles responsables del deterioro y la desmembración social, los diversos crímenes contra la humanidad, la destrucción del territorio nacional, la erradicación de la lengua castellana, y la consecuente e inminente desaparición de lo que él ha venido a llamar la Gran España. Esta iniciativa ha sido objeto de diversas burlas a cargo de los máximos dirigentes de las naciones segregadas sabedores de que tales encausados gozan de absoluta impunidad jurídica y disfrutan, ellos o sus herederos, de enormes propiedades en sus lugares de residencia, ubicados en todos los casos, fuera del territorio de la España Independiente.
Mientras tanto, dos de esos máximos imputados, los ancianos Jose Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy, han presentado su libro conjunto "Nuevo Kamasutra, el placer de joder a tiempo y en el tiempo" en el Liceo de la capital de la nación catalana. Uno de los ejemplares, ha sido enviado, firmado por sus autores, al nuevo Presidente de los Estados Unidos, el 2º presidente de color en la historia del país americano, que al recibirlo ha comentado que tomará cumplida nota de tan insignes autores para no caer en los mismos errores que su anterior colega de cargo y color y que, a la postre, fueron los responsables de su triste y efímero paso por la Casa Blanca.

lunes, 13 de julio de 2009

Un día cualquiera


A duras penas, como casi siempre, he logrado levantarme. Luego, el paso de las horas me ha devuelto a la normalidad. Rayando el mediodía, he finalizado las clases a mis dos niñas, los únicos y todavía inocentes seres que han confiado en una docencia surgida como un remiendo en los profundos rotos del fracaso. Mi perro ha continuado toda la mañana hecho un rosco junto a mis pies. Comienzo a sentirme inevitablemente atado a su calor y a la visión del movimiento pendular de sus enormes orejas. Creo que él siente algo parecido a pesar de que las mías -mis orejas- le pasan ingratamente inadvertidas. Oportunamente, minutos antes de irme a comer donde la mamma, he conectado con you tube, y el más grande entre los grandes, el inconmensurable Pavarotti, ha hecho acto de presencia interpretando junto a Elthon John "Live like horses". Minutos después ha cantado junto a Bono y Brian Eno "Miss Sarajevo". La mañana, llegados a este punto, ha alcanzado su punto más esencial, otra vez los pelos de punta, la emoción en el alma y en los ojos...y Pavarotti, un dios sobre la Tierra y ahora ya de manera incomprensible e inservible sobre el cielo. Ya en casa, con la mamma dando cojetadas y profiriendo todo tipo de improperios, he puesto unas papas en la sartén adornándolas con siete u ocho tipo de ingredientes. Un helado y al sofá. Allí me he recreado durante más de dos horas, como los desubicados, como los parias en familia, como los desempleados sin derecho alguno a la vuelta atrás, somnoliento, anestesiado por la calor y el aburrimiento y ojo cansinamente avizor a los movimientos de una araña que, según mis sobrinas, me rondaba la cabeza. A media tarde ha sonado el teléfono: unos rusos quieren ver la casa que llevo ya tres años intentando vender. Parece un chiste, mañana a la misma hora puede que me llamen desde Australia diciéndome que unos aborígenes quieren vivir también en las alturas. Mi hermano me ha visitado en la oficina y creo que he correspondido con hermanada precisión a sus propuestas. Eileen se ha presentado también con un bote de crema solar del 50 alegando sobre su sentido del humor. ¡Este proteccionismo de los ingleses no tiene límites! Finalmente, Emilio, mi novia asexuada para los asuntos metafísicos del golf, me ha llamado emocionado para la partida de mañana. He comprado cacahuetes, una lasaña y medio melón para cenar. Por el camino, he tenido que frenar con brusquedad y el melón ha llegado hasta el parabrisas y al perro le ha caído sobre el lomo la rejilla, aunque del susto ni siquiera ha rechistado. La primera cucaracha del verano se ha colado en la cava de los vinos y, allí mismo, ha fenecido, supongo, cuando le he aplicado al armario medio bote de cucal. Veremos si no hay que tirar todos los vinos por el contagio del nuevo bouquet. He cenado sobre la terraza y bajo las estrellas. De más, como siempre. Allí soy capaz de mantener algunas conversaciones trascendentes, sentirme alguien todavía y mirar al cielo con ingenua indagación. Ha sido en ese preciso momento cuando una bola de fuego y luz se ha descolgado lentamente hasta desaparecer por completo muy cerca del horizonte sobre el mar. Después, como cuando era un niño de verdad, he pedido un deseo entre los muchos que se atropellaban en mi cabeza. Si es verdad que esa bola de luz y de esperanza es una señal del cielo, las cosas deberían comenzar a cambiar.

miércoles, 8 de julio de 2009

Los indignados


Leyendo lo que alguien escribe en diferentes momentos, se puede advertir el estado más esencial de su ánimo o, cuando menos, de sus intereses. La escritura se convierte así en unos rayos X letrados que atraviesan las intenciones de quienes son capaces de vomitarla con mayor o menor acierto, estilo, o erudición. De todas las expresiones artísticas, el ejercicio literario, al margen de su intrínseca creatividad, revela una pulsión que las más de las veces resulta inadvertida por su propio autor, un repunte de valentía que éste no es capaz de poner en liz en su vida cotidiana y que, sin embargo, parece intuirlo cuando lee lo que acaba de escribir. Desde ese momento, se convierte también en una víctima de sí mismo porque al despojarse de la piel y de sus máscaras, las vísceras quedan al descubierto, y a partir de ese instante, aparece un invitado de piedra en forma de una vulnerabilidad que con el transcurso del tiempo puede resultar abrumadora, un código peligrosamente desentrañado ante los amigos, los enemigos, y siendo premonitoriamente imaginativo, también ante toda la humanidad.

La gente que escribe sin importarle quién le paga o quién lo lee, no goza de una consideración superior a quienes no son capaces de hacerlo, pero el extraño coraje del que son poseídos cuando vierten los párrafos uno tras otro en busca de un sentido y una forma que los doctos han convenido en llamar Literatura, les señala continuamente con un dedo que les infringe tanta carga de sufrimiento como de responsabilidad. Y en medio de esa vorágine, zarandeados por los vientos de uno y otro lado, las ideas contrapuestas, y el encaje semántico de todo tipo de bolillos, surge el milagro de un disfrute excelso que impulsa permanentemente al escritor a seguir con la tarea en un ejercicio que él mismo entiende como el más esencial para la supervivencia.

Solo estos dos estados, el de la vulnerabilidad y el disfrute, deberían bastarse por sí mismos para animar a escribir a todos los que llegan algo más allá de saber dibujar sobre un papel la O con un canuto. Y yo soy uno de estos. Por obra y gracia de mi puesta sobre el mundo y por el milagro oportuno de una transmisión: la emoción que día tras día vi verter desde los ojos de mi padre hacia todo lo que tuviera forma de libro, esos pequeños objetos que él siempre manejó con inusitado entusiasmo. Me queda el consuelo de que, al menos en eso, he logrado parecerme a él.

Uno, que escribe de la misma forma con que suele hacer otras cosas -según mi madre "a lo tonto"-, y que además, y sin ningún género de más o menos dudas, no es leído por nadie, tampoco le preocupa esa especie de vacío existencial ni le desequilibra el anonimato. Los que tenemos esa suerte de resultar utópicos ante los demás, por ignorados, o por insignificantes, o por mestizos sin derecho a tribu alguna e indigentes culturales infectados de intrusismo, tenemos también el derecho a sentir, con cada penosa intromisión en el ejercicio literario, lo mismo que sienten los grandes. El reconocimiento es para ellos, pero las sensaciones, la responsabilidad, el sufrimiento, la vulnerabilidad y el disfrute mencionados, forman una parte inherente e incompartible a todos los que tienen los santísimos cojones y la precisa desvergüenza de ponerse a contar historias sobre un papel.

Pues bién, al cabo de muchos años, he conseguido un lector: yo mismo. Me cuenta con indisimulada preocupación que, tras leer un puñado de artículos de los últimos meses, ha notado un cierto aire de indignación, algo así como un estar continuamente cabreado. También me ha advertido acerca de un pesimismo "crudo y pertinaz como la lluvia que no cesa" del que parecen estar untados todos los escritos. Finalmente, y sin decir siquiera esta boca es mía sobre el gusto, disgusto o regusto acerca de lo leído, me pregunta que por qué no cojo los bártulos, el fusil, y lo que quede del alma, y escapo de la fuerzas gravitatorias en busca de otros escenarios algo más alentadores. Llegados a este punto, por estricta consideración al aliento de su cercanía y al tiempo que ha perdido, he querido contestarle.

- Mira -le he dicho-, como a mi, a estas alturas de insoportable vértigo de la vida, ya me importa un carajo todo el mundo y no estoy en la nómina de patrón alguno, me permito escribir lo que veo y lo que siento, y en medio de ese escenario, el tríptico del Jardin de las Delicias bosquiano ha perdido la parte del Paraíso. La visión terrenal y la del infierno, confundidas y despojadas de su propia razón de ser, han convenido en crear un nuevo caldo de cultivo donde cada una se sustenta sobre la otra. La condición individual del ser humano se ha rendido ante una colectividad que proclama su triunfo desde el establecimiento de pequeños rebaños que son manejados a base de inyecciones de miedo y exiguas raciones de alimento. Nunca en toda la Historia de la humanidad el hombre ha sido manejado como ahora. Los medios mediáticos, las multimedias, internet, la globalización, los mercados, las economías sostenibles, las ONUS, los fondos monetarios y filatélicos, las organizaciones mundiales de todo tipo de comercios y tráficos,

las enfermedades y las guerras milimétricamente diseñadas y sus ratios de rentabilidad preciosa y precisamente asegurados, son los vehículos que conducen a los distintos rebaños al redil. Y pobre del que intente salirse de él porque será primeramente señalado por el dedo de la familia y los amigos y algo más tarde aniquilado por un sistema que solo convierte en fértiles a las tierras que interesan. Así que mi querido y único lector, por eso mismo me he convertido en un escritor de secano, por la falta de riego, por las viejas nostalgias, y por cumplido tributo a esos pocos que se te cruzan a lo largo de la vida y que serías capaz de entregarles la tuya para hacerlos inmortales. ¿Cómo quieres que no ande indignado? ¿Como podría dejar a un lado el pesimismo del que me hablas? Me pregunto también cómo podría contentarte a tí que has sido capaz de creer por un momento en los escritos que nadie lee. Solo se me ocurre decirte que mi condición individual no ha podido usurparla ninguna de esas asquerosas colectividades, ni siquiera las más cercanas, y todavía ¡siento! como me dijo mi amigo el monje benedictino cuando le pregunté de improviso si se masturbaba, y me contestó sin inmutarse que hacía ya tiempo que había logrado alcanzar el necesario grado espiritual, pero que atendiendo a mi maliciosa curiosidad, aún no había muerto como hombre y !seguía sintiendo! añadiendo que los monjes robot no existen ni siquiera en las jugueterías. Así que la recogida esa de los bártulos y la escapada gravitacional de la que me hablas, la he llevado ya a efecto a pesar de los vientos, las corrientes y todos los imponderables del mundo. Estoy indignado, sí, indignado con el escenario, con la confusión absurda de cielo e infierno que atormenta a toda la humanidad, con los payasos de la política, los interesados, los falsos amigos, los encantadores de serpientes, los aburridos, los prevaricadores, los ministros de la Iglesia y del Estado y todas las putas que no alegran las carreteras y los burdeles. Por eso estoy en otra esfera, fuera del alcance de esa maloliente gravedad, como algunos otros supongo, con menos dinero, menos trabajo y menos amigos, pero disfrutando con todas mis fuerzas de todos los momentos esenciales que se me ponen por delante, junto a un nuevo amigo, o ante una suculenta sarten de papas y huevos, o aboleando con frenesí el palo de golf todo lo lejos que no ha sido capaz de llegar la bola, o emocionado ante la lectura de alguien que también cogió los bártulos y sabe mucho más que uno, o trasportándome hasta lo inimaginable con la magia de la música, o sintiéndome morir como nunca antes entre la carne y el abrazo de una mujer olvidada de tributos y futuro. Por todos esos momentos y alguno más que se me queda en el tintero, querido amigo de correspondido parentesco, me he alejado un poco del mundo sin llegar a perderlo de vista del todo. Tal vez sea esa misma esencia la que mi padre intentó insuflarme hablándome de forma tan candorosa y oportuna de la magia de los libros y del poder libertario e inexpugnable que ofrece la Literatura, aunque en mi caso, se trate de ese ejercicio de intrusismo que casi nadie acaba leyendo. ¡Gracias amigo!

domingo, 5 de julio de 2009

Cuando


Cuando ya no te queden más horizontes que ponerme delante de los ojos, cuando no exista un solo amor sobre la Tierra al que yo pueda alcanzar, cuando ya no sepa distinguir el deseo de la desesperación, cuando ya no sea capaz de reconocer el aire que respiro, cuando la incertidumbre se convierta en el único credo posible y los pájaros tan solo sean pequeños e imaginarios fantasmas, cuando te aburra verme manotear penosamente en la lejanía, cuando comiences a ignorar que fui parido alguna vez, cuando todas las fuentes se agoten a mi paso y la sed se niegue eternamente a ser saciada, cuando la paciencia y la esperanza muestren su verdadera cara oculta, cuando la gente que me rodea tan solo las advierta como un puñado de sombras inútiles, cuando te rías de ti mismo al ver en qué me he convertido, cuando el único camino discurra vertiginosamente hacia el vacío, cuando no se intuya otro hálito que el que vomita la propia soledad, cuando las miserias se presenten como el pan de cada día y sus noches sean un fiel recordatorio, cuando las fuerzas se muestren como un vago recuerdo y la energía reniegue de su fórmula, cuando estés finalmente convencido de la derrota de un hombre que se mantiene a duras penas erguido sobre sus propias cenizas, entonces deberás preguntarte quién eres realmente, y si eres Dios, o el destino, o la suerte, o el Universo, la Mandrágora, el Diablo, o la Teoría de la Evolución, entonces, seas quién seas, o seas todas esas cosas a la vez, advertirás que algunos hombres están hechos de tus mismos ingredientes y, en la debacle, son capaces de regenerarse con los pedazos de su propia desolación. Y entonces, solo matándoles se les derrota.
Pero si de todo lo posible solo eres un verdadero Salvador, entonces ¡¡échame un cabo!!

jueves, 2 de julio de 2009

Puta de carretera.


¡Cuánto disparate bajo la suela de un zapato! Nunca me preocupé de llevarlos limpios, solo les pedía que me dejaran sentir la excitante voluptuosidad de lo que era capaz de estallar con una simple presión cuando me sentaba al volante, algo así como cuando uno estrujaba sus primeras tetas y notabas el alma expandiéndose en su interior. Me volvía loco un instante después con su rugido. Mil leones gritando desde el frenesí de lo metálico con el agravante de un tufillo bencénico que se expandía por todo el habitáculo. Entonces me faltaban manos y me sobraban todas las responsabilidades del mundo. Enclaustrado en el epicentro emocional de aquella lata color ceniza oscuro, abrazado desde el cuello hasta las corvas por la caricia de un cuero irritantemente anaranjado, consciente a través del rabillo del ojo de los saltos y los sobresaltos de la aguja en el abismo de una zona roja inacabable, veía pasar el mundo entero a la diestra y a la siniestra. Todo quedaba rapidísimamente atrás. ¡Anda que si pudiéramos hacer lo mismo con todas las miserias y los aburridos! Las curvas bailaban como los malditos y los precipicios se acercaban y alejaban cual brisa cambiante que te envuelve para hacerte suya al menor descuido. Entre las cabriolas, un olor a goma quemada se solapaba de forma irreverente con el legítimo a tomillo, romero y azahar. El único contacto con el suelo y con la vida, aullando y retorcido de dolor, cumplía, no obstante, con su fiel trabajo. Y yo lo sabía en todas y cada una de las arremetidas contra las leyes de la Física. ¡La emoción contra la Ciencia! ¡La Fé contra la Razón! ¡Santo Tomás, San Cristóbal y todos los demonios del Averno juntos contra un paria descabezado y enloquecido, agarrado a un volante, y seguido o empujado por las huestes de 300 caballos!
Alguna vez también pensé que podría concluir volando por uno de aquellos excitantes abismos como una oportuna y tributaria consecuencia espiritual reivindicada por el sobrepeso de las emociones, pero eso hubiera sido demasiada paga para mis méritos, como dice siempre con nostalgia un buen amigo: "¿Te imaginas el gustazo que sería morirse follando?".
Así recuerdo ahora aquellos instantes esenciales emborrachados de adrenalina, aceleraciones fulgurantes, ruídos metálicos continuamente in crescendo, cortes de inyección, frenadas al límite, e incontenible carga sexual hacia una amante tan fría como el acero y tan indómita como el capricho de todos y cada uno de sus trescientos hijos. ¡Una auténtica puta de carretera que, sin embargo, nunca osó ponerme los cuernos! Pero yo la abandoné a su suerte...¡Ay, desdichado! ¡Ay, infelice!