

Pero los tiempos cambian y con ellos el corazón de los hombres y las hechuras de los héroes. Ahora ya no aparecen en los libros de Historia, ni en los cuentos, están ahí, a la vuelta de la esquina, disfrazados de gente corriente e ignorados por casi toda la humanidad. El mundo está lleno de ellos y a muchos los conocemos sin saberlo. Se apertrechan cada día para el combate sin apenas armas ni herramientas mientras, enfrente, los demonios conspiran y maniquean para inclinar la balanza a su favor. Corren tiempos de abundancia en uno y otro bando y por eso la lucha está servida. Estamos en la era de la confrontación silenciosa. Se ha minimizado el discurso, la licitud intemporal de la palabra, para dar paso a la conspiración sonriente, a sacarle aún más punta a las ojivas de los proyectiles y a volver la vista hacia otro lado. Pero ahí estan los nuevos héroes, los auténticos, camuflados por su propia voluntad y, sin embargo, molestando y dejando por todas partes sus señas de identidad, como la mosca cojonera. ¿No los imagináis? Esas mujeres desesperadas sufriendo en sus carnes y en sus casas la permanente amenaza del maltratador, o los que llevan meses y años tocando timbres y puertas para encontrar un salario, o los que luchan en un hospital contra la muerte y la enfermedad sin perder ni siquiera la sonrisa, o los que enjuagan en silencio todas sus penas animando a otros que las padecen, o los que ponen en riesgo sus vidas para denunciar el exterminio y salvar la dignidad de los demás, o todos aquellos que cuidan enfermos y enseñan en las escuelas a miles de kilómetros de sus hogares, o los que viven solos sin amor y sin familia, o los que investigan para la salud y el bienestar sin preocuparse ni de horas ni de dias, o los que lloran a escondidas para que no cunda el ejemplo, o los que sonrien ante todas las clases de adversidad, o los que mueren por falta de agua y alimento y miran suplicantes hacia el cielo en el último estertor, y tantos y tantos que aún logran mantenerse erguidos sin perder ni la postura ni la calma.
Hay muchos y están cerca, a veces muy cerca, ahí a la vuelta de la esquina. Los héroes de los libros no pueden salir de ellos, pero los otros, los nuevos héroes, los que consiguen vivir en un mundo donde las cosas suceden por primera vez, están al alcance de la mano, a lo mejor hasta tú o yo...¡Quién sabe!
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