viernes, 10 de octubre de 2008

A veces me dan ganas...

A veces me dan ganas de reescribir de nuevo mi historia: otro Universo, otra Tierra, otro paisaje, otra cara...Supongo que para ver si aún soy yo mismo y que nunca he sido parte de la nada ¡Qué absurdo y férreo abrazo con la propia identidad! Quisiéramos ser otro en un momento, pero no somos capaces de dejar de ser nosotros mismos a lo largo de la vida. La misma risa, el mismo llanto, idéntica emoción e idénticos terrores, una y otra vez, aunque cambien los escenarios y los días y los años. ¡Qué aburrida linealidad! Me gustaría ser mil seres a la vez: hombre, mujer, arroyo, montaña, nube, alquimista, mesías, monja, sabio, puta y pájaro ¡Y no sé cuántas cosas más! Sería la justa correlación, el digno mérito con la asombrosa diversidad que nos rodea, una sonora carcajada a ese barullo inútil que tantos proclaman como su propia identidad.
A veces me dan ganas de alejarme hasta el plano más perdido de la geometría y de la conciencia. Y una vez allí, mirar al frente, nunca atrás, para que no puedan saltar a las espaldas los recuerdos. Y llevarme algunas cosas como mera referencia, y hacer yo los caminos, y no escuchar a nadie...¿para qué? Y en ese sórdido silencio, en esa necesaria soledad, coger algo de agua de una fuente y untarla con la tierra, mientras juegan mis manos expectantes en el barro que se escurre entre los dedos, y modelar al fin tan solo dos figuras...¿podéis imaginarlas?: un nuevo hombre y una nueva mujer, una naciente humanidad. Y jugar a hacer de Dios...de un nuevo Dios.
A veces me dan ganas...

No hay comentarios: