viernes, 31 de julio de 2009

ETA versus IIM, inútil e imbécil matador.


Inútil e imbécil matador:

No es tu estúpida acción la que me anima a nombrarte, no. Ni siquiera me mueve la reivindicación solidaria con el enorme dolor que produces. Lo hago porque desde la infinita distancia que se interpone entre tú y yo, y desde el blanco y el negro que envuelve mi vida y la tuya, es a lo único que yo puedo optar ante la jodida imposibilidad de poder machacarte lentamente con mis manos cada una de las podridas porciones de esos sesos que te adornan tan tristemente la cabeza. Tu obsesión por destruir inútilmente lo más esencial de una familia que ni siquiera conoces, no es tan grande como la que yo tengo ahora porque los no pensantes, infectados de rabia y de mierda en la conciencia como tú, desaparezcais del mundo conocido, y en la obligada sinergia con el desconocido, tampoco seáis capaces de llegar a éste.
¿Cuántos años lleváis haciendo de esperpénticos hombres de Cromagnon desterrados de todo tipo de paraísos?

¿Qué sabes hacer tú aparte de poner bombas o disparar a quemarropa y luego salir alocadamente corriendo? ¿En qué piensas cuando llegas después a tu puta casa? ¿Con qué sueñas cuando te revuelves en tu mugriento colchón oliendo los pedos y el rancio sudor de tu puta novia? ¿Eres capaz de mirar por las mañanas al cielo con algún atisbo de alegría? ¿Eres capaz de disfrutar intensamente de algún momento con las ratas de tu casta? ¿Sabes acaso lo que es vivir tranquilo? ¿Qué pensarás de todo esto cuando ya de viejo te veas postrado como una rugosa basura en un sillón? Espero ferviente y anheladamente que no llegues hasta ese patético estado y te revienten mucho antes en cualquier esquina o te pudras de sida y de sífilis en la cárcel más asquerosa de todo este país que tanto odias y que ni siquiera sabes porqué.

¿Qué cosas se pueden defender cuando jamás se da la cara? ¿A qué te pareces tú cuando te miras al espejo? ¿Porqué no te tiras desde la torre más alta de Euzkadi envuelto en una ikurriña para que así, al reventarte contra el suelo, sus preciosos colores se solapen con los de tu sangre, tus sesos y tus vísceras? Sería un espéctaculo sonoro, colorista y sobretodo escatológico. ¿No lo has pensado nunca? ¡Claro, te faltan los cojones necesarios y te sobra toda la éstúpida carga con la que le llenan el cerebro a los mamones desquiciados como tú!

Dime seriamente qué esperáis alcanzar matando de vez en cuando a un político de segunda o de primera fila o a un guardia civil entre los miles que piensan en vosotros cada una de sus noches y sus días. ¿Pretendéis acaso tan solo llamar la atención? El circo es para los payasos y las fieras de verdad, y vosotros, tristemente, os habéis convertido en una burda antítesis del payaso. Sois los despayasos del mundo porque a todos los que les suenan vuestras siglas se rién por no llorar con esa, ahora más que nunca, trasnochada y utópica reivindicación. Hasta la mafia italiana os ha escupido el honor de tacharos como unos aprendices completamente imbéciles.

Tal vez solo sea esa vuestra aspiración: que se hable de vez en cuando de vosotros antes de que desaparezcáis oportunamente ahogados en esa mierda de nacionalismo de alpargata que os ampara ingenuamente, y por eso matáis de vez en cuando también. No está mal del todo. ¿Cuando toca que se hable otra vez de vuestra heroica y atropellada huída? Sabed que somos unos cuantos y que hay donde elegir, pero la condición perpetua de vuestro infierno interior no os dejará jamás tranquilos hasta que se extinga el último gen de ese esbozo de raza aria de la que os creéis estúpidamente poseídos. Podéis matar algunos más, todos los lloraremos intentando al menos apaciguar el terrible dolor de los que lloran de verdad, pero debeís saber que jamás tocareís esa risible gloria que habéis dibujado en la podredumbre de vuestros intereses, ni vivireis tranquilos un solo momento de vuestras vidas, ni disfrutaréis escuchando con plenitud ninguna música, ni alcanzareís ningún orgasmo con la trascendencia que lo hacen los que no son como vosotros, ni podréis reir a carcajadas sin que importe quién se encuentra a uno u otro lado, y ni siquiera podréis tener un nombre como yo y como otros muchos, porque vuestra cobardía y vuestra desgracia se han visto obligadas a borrarlo dejandoos como única identidad la de un puñado de sombras con forma de muertos vivientes.

¿En qué os habéis convertido? ¿En qué te has convertido tú inútil e imbécil matador? Sois tan solo una herramienta descabezada de los que aún son más cobardes que vosotros, y cada vez que golpeáis, se acerca vuestro último estertor. El estertor de una deseadísima y pronta muerte que habríais podido evitar si no hubiéseis llegado a salir, vosotros y los que os mandan, por el fatídico y maloliente agujero de vuestra inoportuna madre.

No hay comentarios: